Hígado graso: tratamientos naturales para reducirlo

Si tienes la sospecha de tener hígado graso o, dicho de otra forma, esteatosis hepática, seguro que en este momento querrás saberlo todo sobre los síntomas, el tratamiento y qué dieta llevar para que tu hígado vuelva a la normalidad. Hoy te contamos en qué consiste esta enfermedad y cómo puedes ponerle fin, como siempre, con productos naturales.

Lo primero que debes saber es que, aunque en principio te asuste, esta enfermedad tiene carácter benigno y consiste en la acumulación de ácidos grasos y triglicéridos en las células hepáticas. Bien, ¿y qué hay de los síntomas? Pues, verás, esta enfermedad puede darte síntomas o no. El segundo caso es más grave, puesto que esta puede seguirse desarrollando en silencio hasta llegar a estados más graves. Si dentro de lo que cabe tienes suerte y te da síntomas, estos serán: dolor en la zona del abdomen en la que se sitúa hígado, fatiga crónica, malestar general y sensación de pesadez. Si sospechas que puedes estar padeciendo esta enfermedad, pide cita con tu médico.

¿Ya te han confirmado que tienes hígado graso? Entonces es hora de pensar en el tratamiento. Lo primero que te dirá tu médico es que tienes que perder peso y llevar una vida sana. Así, deberás seguir una dieta saludable, rica en verduras y fruta y hacer mucho ejercicio. ¿Buscas remedios naturales que te ayuden a conseguir tu meta? ¡Sigue leyendo!

Alcachofa y diente de león

Tanto la alcachofa como el diente de león son excelentes depurativos que te vendrán a las mil maravillas consumiéndolos por separado. ¡Imagínate qué beneficio puedes obtener si los mezclas en una única infusión! Hacerla es muy sencillo: tan solo tienes que poner agua a hervir, añadir una cucharadita de hojas de alcachofa y de diente de león, dejar que hierva durante unos minutos, colarla, dejarla en reposo y tomarla calentita unas tres veces al día.

El cardo mariano

Otra infusión que te vendrá de perlas es la de cardo mariano, pues te ayuda a mejorar las funciones hepáticas y a proteger el hígado. Pásate por una herbostería y decide si prefieres tomarlo en infusión, en gotas o en cápsulas.

Limón en vez de vinagre

Si quieres potenciar el efecto de tus infusiones y no te llevas mal con los cítricos, añádele siempre que puedas un chorrito de limón a tus infusiones, pero, ¡no solo eso! Siempre que puedas inclúyelo en tus comidas, sobre todo en las ensaladas, cambiando el vinagre por limón.

El níspero

¿Buscas una fruta rica que llevarte a la boca siempre que te entre el gusanillo y te venga bien para acabar de una vez por todas con el hígado graso? Pues, ¡incluye los nísperos en tu dieta! Esta rica fruta te servirá para deleitar tu paladar a la vez que mejoras las funciones hepáticas.

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